7.5.15

Mi beatnik favorito

En su cumpleaños número 85, dos poemas de Gary Snyder.



Palta           

El Dharma es como una palta!
Algunas partes tan maduras que no lo podés creer,
pero esto es bueno.
Y otras partes duras y verdes
sin demasiado sabor,
del agrado de aquellos a quienes los huevos
                les gustan bien cocidos.

Y la piel es fina,
su gran semilla redonda
en el medio,
es tu propia Naturaleza Original―
Pura y suave,
casi nadie trata de partirla, abrirla
ni tratan de ver
si alguna vez crecerá.

Dura y escurridiza
da la impresión
de que deberíamos plantarla ―pero entonces
se escapa a través de los dedos ―
se aleja.

*
Dillingham, Alaska, bar del Sauce


Los taladros charlan llenos de barro y aire comprimido
por todo el globo,
      en bares de techo bajo oímos las mismas nuevas canciones.


Todas las nuevas canciones,
en las cantinas del mundo.
Después de conducir la oruga. Cuando el camión
      volvió a casa.
      Caribú resbaló,
      las patas delanteras se doblaron primero
      bajo la cálida tubería petrolífera
      instalada a un metro del suelo.


Sobre el piso de madera, vaso en mano,
      reír y blasfemar con
      la mujer de otro.
      Tejanos, hawaianos, esquimales,
      filipinos, trabajadores, siempre
      al filo de una bronca,
      en los bares del mundo.
      Oyendo esas nuevas canciones de siempre en Abadan,
      Naples, Galveston, Darwin, Fairbanks,
      blancos o cobrizos,
bebiéndolo todo,


el dolor
del trabajo
de destruir el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario